Frontal de la caja del Super Star Wars

Star Wars, una de las sagas más sobreexplotadas que hay. Cuando a principios de los 90 se lanzaron adaptaciones de la primera trilogía para la NES y la Game Boy, sólo era cuestión de tiempo antes de que apareciesen también en la SNES, con resultados (tristemente) cuestionables.

No quiero ser un gruñón, dado que esta es sólo mi tercera reseña o así, pero voy a quejarme otra vez de la dificultad. Ahora que lo pienso, casi la mitad de mis artículos lo van a mencionar de una forma u otra. Quizá debería aceptar que no soy tan buen jugador. ¿Verdad? ¡Pues no! Es más fácil quejarse, lo siento. Y ESTA vez, tengo razones de peso.

En Super Star Wars, siempre hay un mínimo de dos cosas en pantalla intentando matarte.

El juego es simplemente demasiado difícil, cruzando la línea donde deja de ser entretenimiento y se convierte en un castigo. Hay demasiados enemigos, que hacen demasiado daño y te acosan sin cesar a lo largo de los niveles. Hay odiosas secciones de plataformas que empeoran debido a unos controles algo particulares. ¿Pero cuántas veces tengo que machacar el botón de saltar tan sólo para ver cómo mi personaje se precipita miserablemente por un abismo? Y la guinda del pastel, unos jefes finales que ocupan media pantalla, y que ejecutan ataques que barren la otra mitad, donde el pobre jugador (tú) se las ve y se las desea para sobrevivir. ¿Suena bien? Pues espera a que te cuente que no hay sistema de guardado ni contraseñas: si mueres o apagas la consola, tienes que volver a repetirlo todo otra vez, desde el principio.

No se puede decir que los gráficos y entornos aprovechen al máximo las capacidades de la SNES, desde luego.

La campaña sigue la historia general de la película, aunque se toma sus licencias. ¿Recuerdas aquella vez en Tatooine que Luke Skywalker era atosigado por águilas que caían en picado, y escorpiones? ¿Y aquella otra escena donde Chewbacca abatía a un centenar de alienígenas dentro de una cantina medio kilómetro de largo? Bueno, yo tampoco. Pero supongo que las sesiones de "lluvia de ideas" para diseño de videojuegos se hacen muy aburridas.

Algunas escenas breves de la película han sido expandidas en segmentos jugables usando mucha imaginación.

En algunas misiones puedes elegir protagonista, pero hay poca diferencia en términos de jugabilidad, y ninguna en argumento. El resto consiste en disparar a todo lo que se mueva y recolectar cada corazón de vida y potenciador (los cuales perderás si te matan, haciendo que subsiguientes intentos sean casi imposibles), y rezarle a tus dioses. Tras leer otras reseñas en internet, me sentí mejor al confirmar que otros niños quedaron tan traumatizados como yo.

Al final, no importa qué personaje elijas. La experiencia será similar.

Ah, claro, y las naves. Estas secuencias deberían aportar frescura, pero no es así. Son sólo otro irritante momento de tedio. Moverte con ellas provoca que tus disparos se vayan al infinito y más allá. Lo peor con diferencia es la última fase en la trinchera de la Estrella de la Muerte. Todavía tengo pesadillas en las cuales tengo que volver a jugar esa mierda (y además estoy desnudo delante de toda mi clase, lo cual no es tan malo). Jugarlo en emulador ya me enfureció bastante, no quisiera tener que comprobar cómo se siente sin poder guardar y cargar estado.

Las fases de vehículos tienen controles irritantes que parecen ir en tu contra.

El objetivo casi siempre es destruir una cierta cantidad de vehículos enemigos. Pasarás mucho tiempo dando vueltas.

La fase de la trinchera agotaría tu paciencia, si te quedara alguna a esas alturas.

El juego no aprovecha mucho la potencia de la consola. Si no tenemos en cuenta las fases de vehículos, y algunos efectos aquí y allá, podría perfectamente estar ejecutándose en una NES hipervitaminada. Las melodías me parecen genéricas y repetitivas, y con frecuencia ni siquiera me daba cuenta si algo estaba sonando o no, concentrado como estaba en la acción. Hay un puñado de cinemáticas sosas, pero sin voces digitalizadas.

Las cinemáticas podrían haber sido diseñadas por mí, y eso no es ningún cumplido.

Dios, me siento agotado. Tan sólo hacer las capturas de pantalla y pensar en cosas horribles que decir sobre este juego ha agotado mis energías. Voy a terminar con un dato: la secuela es peor. Sí, has leído bien. Pero eso queda para más adelante, hay un límite a la cantidad de tortura que un hombre puede soportar en tan poco tiempo.

Jugar

Ni te molestes. En serio.

Puntuación:

5.5