Tras la anterior, sólo me hicieron falta cinco días para completar esta nueva historia, que además está basada en un sueño (bueno, ahí es de donde me viene casi toda la inspiración para ser sincero). Esta vez usé un enfoque distinto, pues verás que tiene menos moralina y más entretenimiento, como una película de acción. Y he de admitir que disfruté un montón del proceso.
Y sí, también es el doble de largo que Tiempo de sobra. En algún punto de este recorrido perdí mi habilidad de condensar información, o eso parece. Al volver la vista atrás hacia mis inicios, me pregunto cómo fui capaz de escribir textos tan breves como los dos primeros. Cierto es que mi construcción de mundos ha mejorado mucho, pero ahora también me siento incapaz de reducir los detalles innecesarios y descartar ninguna de mis anotaciones (¿podríamos llamarlo "Síndrome de George R. R. Martin"?).
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